¿Cómo volver a cantar? Dale Reset.

-Qué días tan complicados- pensé. «Cerca de 150» me dijo Mac hoy en la mañana mientras desayunábamos.

Llevo algunos días (porque ya perdí la cuenta) tratando de volver a cantar. Mis alumnos podrán decir que canto todos los días en clase, y es cierto. En ocasiones canto en casa o en historias de una forma muy suave, no como la que me gustaría. Esta intensidad o el fuego que sentía al cantar, pareciera que algo lo hubiera controlado, algo se hubiera desconectado o desconocido en sí mismo. «Reset» pensaba.

He estado repasando las cosas, ¿saben? cuestionándome si es que estoy bien, si necesito algo además de lo obvio (salir, amigos, el presente que conocía), y la respuesta es: obvio, pero también estoy adaptándome al cambio. En ocasiones es insoportable ser maestra, porque vivo siendo alumna de mis propias palabras hacia los otros, lo cual lo hace bastante extraño el no poder levantarme, haciendo que mi ansiedad se vea magnificada en su potencia más gloriosa. «no estás conectado/a» le dije a uno de mis alumnos el otro día.

Regresión a la clase de canto número 150: «no estás conectada, Jimena». -No entiendo- pensé. Ganas de cantar: tengo, afinada soy, entiendo la cuadratura y hasta las dinámicas de una canción, pero mi cuerpo no responde. Pareciera inerte ante las indicaciones dadas por mi maestro, QUE CLARAMENTE YA CONOZCO Y LO QUE ES PEOR, YA DOMINABA ¿qué cambió? ¿por qué el «set-back» o el «reset»? «clase perdida» llegué a pensar. Si es que has tomado clases de canto, tal vez puedas compartir el sentimiento.

Flashforward a la pandemia: «año perdido» pensaba. Se suponía que el 2020 trabajaría más en mi música y la confianza de ser una «frontwoman». Se suponía que este año escribiría más, se suponía que este año volvería a pintar, bailar y dominar todas estas experiencias artísticas.

Se suponía que este año viajaría. Se suponía.

Suponer, asumir.

Flashback: «para este 2020, no quiero hacer propósitos, quiero ver cómo me sorprende» Madres, vaya que me sorprendí. Si no me conoces mucho, debes ahora saber que la poca certeza y el futuro era algo TEMIBLE para mi, hoy en día he decidido solo caminar juntos.

A lo que iba, la respuesta es: no puedo volver a cantar. Necesito el «reset», volver a conectarme.

En canto hablamos de la «CONEXIÓN» como si de pronto la deidad vocal te la otorgara en esta sabiduría milenaria pasada por los humanos que deciden producir melodías. Hablamos de conectar el mecanismo de la respiración diafragmática para con la resonancia de la máscara. En ocasiones hay alumnos que trabajamos muy bien esos espacios, pero nos «falta» controlar nuestro apoyo abdominal y viceversa. Pero el momento en el que ambos embonan de la manera correcta el sonido se balancea, es claro, nítido, precioso. Y claro, a como intuyes, crearlo encontrar el balance y la dosis correcta puede resultar agotador o frustrante.

Pareciera que mi mente y mi corazón están desconectados. No entienden las instrucciones, el propósito. Cada uno intentando «la suerte» de que se conecten. Buscando pero no encuentran. Y cuando las señales chocan hay que parar y dar reset:

RESET 1. TRABAJO: Al inicio de la cuarentena, me encontraba muy temerosa de mi trabajo: el reto de la tecnología VS. un método que «requiere» y nos enseñaron el deber del acompañamiento físico. ¿Cómo iba a lograrlo? Siempre quise dar clases en línea, compré el equipo hace más de 2 años y ahí estaba, empolvándose y ahora que lo tengo ¿tengo miedo? ¿quiero volver? ¿QUIÉN ENTIENDE ESA ADOLESCENCIA TARDÍA? así que como dicen, con todo el miedo, de volver a empezar, de volver a crear me armé de valor y comencé una vez más. Y quiero aprovechar de dar un profundo sentido agradecimiento a quienes siguen confiándome su voz, a quienes me dan la oportunidad, los que se quedan conmigo. Su apoyo me sobrepasa y me hace sentir inmensamente bendecida por la oportunidad. Prometo no defraudarlos.

RESET 2. LA RUTINA: No es un misterio que trabajo desde casa, no es menos profesional trabajar desde mi habitación, pero sí bastante complejo cuando tu casa es bastante cómoda y pequeña a la vez. Para una introvert-extrovert puede ser bastante retador, y cambiar el increíble ventanal de steps por mi muro lleno de postales, aunque pudiera sonar romántico, también es bastante aburrido.

RESET 3. LA MENTE: Solo quiero especificar que estoy terminando este texto en Mayo del 2021 y se intentó desde hace casi un año. Terapia ayuda, los libros de autoayuda también. La compasión aun más. Si tu enemigo es la incertidumbre (como en ocasiones es para tu servidora) bienvenido al club, bucle up y vamos a darle. El ejercicio se convirtió en mi mejor aliado.

La vida es un constante «reset». Creencias, amistades, trabajo. Cada mañana podemos continuar en el videojuego y volver a pasar el mundo. Claro, hay algunas cosas que solo se viven una vez, pero siempre podemos darle reset y volver a empezar.

Como hoy, que estoy publicando este artículo 2 años después. Un lunes 31 de enero del 2022

Nos vemos en zoom.

Posted in: storytelling
Scroll Up